PURITA CAMPOS, 50 AÑOS DE CÓMICS
La vida es un tejido de casualidades, pequeños acontecimientos y hechos aparentemente triviales que se entretejen, sucesos a los que nadie da importancia y resultan ser trascendentes... mientras que otros momentos que nos parecen decisivos acaban reducidos a nada por el paso del tiempo. Por ello, si damos por bueno lo que dice Edwrad Lorenz: “El aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Texas” , solo así puede valorarse la forma aparentemente casual en que cambió la vida de Purita Campos por un simple -encuentro de su hermano Juan con el genial Manuel By Vázquez.
Cuando era una jovencísima veinteañera con vocación artística, Purificación Campos llevaba ya varios años estudiando dibujo y pintura en la Escuela de Arte de la Llotja de Barcelona. Desde los catorce años hacía apuntes de desfiles de modas, hasta encontrarse dibujando figurines para varias modistas de Barcelona; y más tarde creando modelos y colaborando en las revistas de moda Dames de France y Carnet Elegante. Durante un par de años estudió interpretación en el barcelonés Institut del Teatre, lo que la ayudó a vencer la timidez y le dio mayor soltura, pero su vocación se orientaba día a día, decididamente, hacia la ilustración. Podía llegar a ser una gran diseñadora de moda o quizá se dedicaría a tiempo total a la pintura... Todo era posible y nada estaba definido, aún.
Y es entonces cuando el “efecto mariposa” cambió la vida de Pura Campos, ya que en 1959 y tras el encuentro puramente casual de su hermano con el gran Vázquez --el genial autor de “Las Hermanas Gilda”, “La Familia Cebolleta, “Anacleto”, “Los cuentos del tío Vázquez” y tantas otras obras magistrales de la historieta española--, éste recomendó que Pura se presentase con sus dibujos en Editorial Bruguera. Y fue así como ésta se encontró de la noche a la mañana trabajando para la editorial y dibujando historietas, lo que dio un cambio trascendente a su vida, hasta el punto de determinar de manera radical su obra de los siguientes veinticinco años. Y su conversión en una de las dibujantes más interesantes del panorama del cómic, creadora y autora de la serie “Esther y su mundo”, editada y leída en más de quince países, con un trabajo artístico de estilo muy definido y con una personalidad tan acusada que ha convertido su firma en marca: Purita Campos.
El gran momento de Purita Campos
Pero, si hay algo seguro, más allá del azar o la casualidad, es que a partir del año 2005 se ha producido el gran momento de esta gran dama del cómic español, de la mano de Ediciones Glénat, que tras publicar su libro Gina, 2005, lanzó el art book Esther y el mundo de Purita Campos, 2006, tuvo la idea y puso en marcha la realización de los primeros libros de cómics de la actual nueva serie Las Nuevas Aventuras de Esther, 2006, para por fin iniciar la nueva edición de la serie clásica de Esther y su mundo, 2007, todo ello complementado con la edición de postales, posters, calendarios..., también por Glénat , Estas ediciones y las varias Exposiciones que hasta ahora se han dedicado a la obra de Purita Campos en Gijón, La Massana, La Coruña, Madrid, Granada, チvila, Huelva, etc. y ahora en el Salón del Cómic de Barcelona, más las muchas presentaciones, conferencias e intervenciones que ha tenido, han focalizado la atención de los medios en la figura de Purita Campos, que si -siempre ha sido importante ahora se ha convertido en figura del máximo interés, una autora de prime time, constantemente presente en prensa, radio y televisión.
Nada de esto es gratuito. El que el reencuentro de los lectores con la obra de Purita Campos y el redescubrimiento de la misma por los teóricos y críticos del medio constituya actualmente uno de los grandes fenómenos del cómic español, más allá de toda definición de calidad, se articula y se alza sobre el trabajo de cincuenta años, durantes los cuales la autora ha creado muchos miles de páginas de cómics, muchos cientos de ilustraciones en negro y en color, cientos y cientos de cubiertas en color, chistes, cuentos infantiles, postales, comic strips de prensa, etc. Y en paralelo, mucha pintura al gouache, a la acuarela y sobre todo con colores acrílicos y en ocasiones al óleo, de temática libre, escenas del natural, paisajes, muchos retratos, momentos costumbristas... Y también bastantes obras realizadas mediante la técnica de la litografía, difícil y muy valiosa expresión artística que comparte con su marido, Francisco Ortega, y a la que Purita Campos ha dedicado tiempo y trabajo hasta configurar una colección de obras que no por ser poco conocidas del gran público tienen menor importancia que su pintura o su gran obra como historietista.
Tras su ingreso en las filas de los dibujantes agrupados en torno a la Editorial Bruguera y a su agencia Creaciones Editoriales, Pura Campos trabajó primero para los tebeos Can Can, Sissi, Blanca, As de Corazones, Celia, Dalia y otros más, en los que hizo sus primeras armas como dibujante de historietas. Gracias a estos trabajos se fogueó y adquirió el oficio de la historieta y poco a poco definió su estilo gráfico. Purita Campos recuerda sin nostalgia estos primeros años de trabajo y dice que la historieta romántica era un género que no le gustaba demasiado: “Yo siempre lo encontré muy falso y estúpido. No era humano (...) Claro, yo empezaba y necesitaba trabajar”. Pronto trabajó también, durante muchos años, calladamente, para las revistas de cómics de otros países, especialmente y sobre todo para Inglaterra, aunque con el paso de los años y el desarrollo de su carrera profesional dibujase también, de forma expresa, para editoriales de Holanda, Bélgica, Alemania y los países nórdicos. Fueron años de mucho trabajo, poco conocido, no siempre bien valorado, años en fin de formación. Esa formación que en los auténticos creadores se compone en una ínfima parte de inspiración y en su noventa por ciento de trabajo, trabajo y trabajo.
Su autoexigencia y la base de dibujo que le proporcionaron los años de estudio en la Llotja y el duro aprendizaje que supuso el dibujar tantas historietas de consumo, hicieron madurar su estilo de dibujo y sus capacidades como historietista. Fue entonces, en 1971, después de una década larga dibujando para los tebeos españoles y muchos años para las revistas juveniles inglesas para niñas, el momento en que Pura Campos inició su obra más importante y la que le ha dado fama y renombre. En aquellos momentos y desde años antes, Pura Campos trabajaba para los editores ingleses a través de la agencia de creación de cómics Creaciones Editoriales, propiedad de editorial Bruguera --y una de las tres agencias más importantes en la historia del cómic español--. Pero estaba algo cansada de los trabajos que le encargaban: historietas románticas de tres o cuatro páginas, de romance, con argumentos anodinos, cargadas de sentimentalismo; que, además, al no tener continuidad en un guión seriado, podían en cualquier momento cortarse dejándola sin trabajo. Es así, como Campos pidió al agente que Creaciones Editoriales tenía en Londres que intentase conseguirle una historia de larga continuidad, un serial como se llamaba en la jerga de la profesión.
Fue por este camino como llegaron a sus manos, un poco por sorpresa, cuando Purita estaba, como ella misma recuerda, “harta de dibujar constantemente el mismo tema romántico y decidida a dejar el cómic”, las primeras páginas de guión de una nueva serie de cómic que los editores ingleses querían iniciar para su revista Princess Tina, y para la que ya habían probado a varios dibujantes de Creaciones Editoriales/Bruguera–-entre ellos Bosch Penalva-- sin quedar satisfechos de los resultados. La serie era “Pattyエs World”, más conocida en España como “Esther y su mundo”.
El gran momento de Esther Lucas
El autor del guión y creador literario de Patty/Esther era el guionista británico Philip Douglas, quien supo tejer una historia “diferente” por ser más real y menos empalagosa que las clásicas historietas románticas de chico busca chica, se enamoran, se pelean, se reconcilian y la inevitable boda... Con Esther Lucas nuestra autora se enfrentó a una historia basada en una protagonista de 13 años, tímida e insegura, que está iniciando el camino vital hacia la juventud y la madurez a través de las mil y una pequeñas aventuras de la vida diaria; en cierto modo y utilizando planteamientos literarios puede decirse que Esther surge como una historieta de iniciación y aprendizaje.... Por su parte, Pura Campos recuerda que “Desde el primer episodio me sentí identificada con la protagonista, pues me recordaba a mí misma cuando yo tenía esa edad: su timidez, sus ilusiones y sus frustraciones”.
Y fue esta identificación de la autora con su personaje lo que sin duda hizo que la creadora gráfica de Esther/Patty diera lo mejor de si misma y realizase durante casi 18 años su obra más importante en el campo del cómic. Y también que la serie, más allá de la categoría de historieta de género y de la inevitable condición de Esther como “heroína de papel”, captase a numerosos lectores. Una de las principlaes razones para lograrlo es que Purita Campos, y Philip Douglas, marcharon siempre unos pasos por delante de los intereses de sus lectoras, al menos respecto a nuestro país y en lo referido a la situación sociológica de la juventud española, ya que Esther y su mundo planteaban nuevos modelos de comportamiento y una tímida pero muy real rebelión femenina respecto de los roles tradicionales atribuidos a la mujer en la sociedad española.
En España, y en los años sesenta y setenta, se dio el fenómeno de que muchas historietas realizadas por dibujantes españoles para los mercados y las revistas extranjeras, a través de agencias de producción de cómic españolas, sufrieran un “efecto bumerang” y se publicasen más tarde en los tebeos y revistas de cómics españoles, sobre todo en los editados en Barcelona. Y ello sin que los autores que habían dibujado dichas historietas fuesen consultados, por lo general, y sin que nunca recibiesen ni un céntimo en concepto de los derechos de autor que legalmente les pertenecían. Igualmente, los editores que inicialmente habían encargado estos trabajos y que ahora revendían por todo el mundo los derechos de edición, nunca devolvieron a sus autores los originales que según ley eran propiedad de los dibujantes.
Fue así como las historietas de Esther se comenzaron a publicar a partir de 1974 en los tebeos de la Editorial Bruguera, primero en Lily, después en Extra Lily y en Selecciones Lily, más tarde en el tebeo-revista Esther, en Joyas Literarias Juveniles y después en una cadena de reediciones sin cuento: Joyas Femeninas Selección, Super Joyas Femeninas, Esther formato bolsillo, Super Esther formato bolsillo. Y además en: Famosas Novelas Serie Azul, en Lo mejor de Esther, en el Gran Libro de Esther y su Mundo y en otros muchos más tebeos y publicaciones de Bruguera, nacidos para aprovechar y explotar al máximo el éxito de Esther, que no solo fue la protagonista de su serie de historietas sino que también sirvió a Bruguera para vender otros tebeos, hacer publicidad de productos comerciales, presentar páginas de moda, dar recetas de cocina, patrocinar concursos de dobles, encabezar páginas de consejos, etc. Y lo más interesante, y paradójico, es que Bruguera consiguió este éxito, no gracias a sus conocimientos de los lectores y del mercado, o a su justa valoración de los méritos de aquella serie, si no porque la propia autora, Pura Campos, rogó al director de revistas infantiles y juveniles de Editorial Bruguera que comprasen los derechos para editarla en España. Sin que la autora cobrase nunca ni un céntimo por esta edición, como tampoco lo cobró por la edición holandesa, ni por la edición alemana ni por las otras muchas ediciones internacionales que “Pattyエs World” alcanzó.
A partir del éxito de la serie, y de manera inversamente proporcional al aumento de las ventas de los tebeos que publicaban las historietas de Esther, disminuía la imaginación y la creatividad editorial y Bruguera trabajaba peor y a destajo, lo que hizo que la edición empeorase progresivamente aunque mejorase el papel y la maquinaria gráfica. La desmejora se reflejó progresivamente en las ediciones de los años 70 y 80, en las que las páginas de cómic creadas por Purita Campos para la edición en blanco y negro se coloreaban en falso, primero de forma mecánica, después con mayores pretensiones, pero siempre sin contar con la autora.. Igualmente, las historietas eran retocadas por la editorial en textos y dibujos y además autocensuradas y redibujadas, llegando incluso a crear viñetas falsas para falsos finales de episodios. Por otra pate, las historietas de Esther se repetían una y otra vez en reediciones mal cuidadas, en las que Bruguera --que en sus últimos veinte años se convirtió en una simple fábrica de tebeos-- amontonaba desordenadamente de cualquier manera, páginas sobre páginas de historietas, para hacer dinero rápido, sin respeto alguno hacia los autores y hacia sus lectores. Así hasta la caída y hundimiento de la editorial en 1986. Pese a todo, las mediocres ediciones de Bruguera no lograron desanimar a las lectoras y lectores de “Esther y su Mundo”, que siempre mantuvieron su fidelidad hacia la protagonista de esta serie, en la que muchas veces veían reflejadas sus sueños y aspiraciones.
En 1986 Editorial Bruguera hizo quiebra, víctima de la mala gestión llevada a cabo por los directivos que se habían hecho cargo de conducir la empresa, una vez que Francisco Bruguera decidió retirarse. Sin que en absoluto pueda imputarse la quiebra a la edición de tebeos de Bruguera, que ciertamente habían perdido ventas, a tenor con el cambio sociológico experimentado por la sociedad española después de la transición política, y también por la escasa imaginación y capacidad de adaptación editorial del equipo editor y realizador de los tebeos. Tebeos, que pese a todo ello seguían manteniendo una posición de monopolio, sobre todo en el campo de los lectores más pequeños y jóvenes. El hundimiento de Bruguera supuso un auténtico cataclismo en el mercado, que otros grupos editoriales aprovecharon para resituarse en el mercado editorial español del cómic. El primer efecto grave del cierre editorial y la desapareción de todos sus tebeos, fue que sus dibujantes y los restantes profesionales editoriales quedaron en el paro, fueron absorbidos por otras editoriales o hubieron de buscar otras alternativas laborales, que no todos encontraron.
Pura Campos continuó trabajando para las editoriales inglesas y fundamentalmente siguió dibujando para Fleetway-IPC la serie “Pattyエs World”, una obra ininterrumpida desde el año 1971, siempre a través de la agencia Creaciones Editoriales, que se salvó de la quiebra gracias al entramado de empresas subsidiarias creadas a través de los años por la familia Bruguera, y continuó su marcha gestionada por la tercera generación de la familia, encarnada en Juan Bruguera.
Entre las varias editoriales que se beneficiaron de la caída de Bruguera estuvo MC Ediciones, creada en 1985 con una clara orientación hacia la información y el entretenimiento. Es así con MC lanzó en 1986 el número 1 de una nueva revista de historietas para niñas y jovencitas: Pecosa, que tomaba por título el nombre cariñoso dado por Juanito al personaje protagonista de la revista, que no era otro que Esther. MC, no pudiendo utilizar la marca Esther por ser propiedad de Bruguera y encontrarse envuelta en los sucesivos litigios que se siguieron desde la caída de aquella editorial, hubo de crear y resgistrar una nueva marca, de lo que surgió Pecosa --otros tebeos de los primeros tiempos de MC Ediciones fueron Robo-Hunter, El Coche Fantástico, Dan Dare, Judge Dredd y así hasta un mínimo de 16 revistas de cómics publicadas en 1986 y 1987--. Fue así como “Esther y su mundo” volvió a los quioscos españoles, en una edición mucho mejor que la de Bruguera, que llegó hasta abril de 1988. Enlazando prácticamente con la desaparición de la serie original, ya que en 1988 la editorial inglesa para la que Pura Campos dibujaba la serie original fue absorbida por otro grupo editorial, que decidió cesar en la edición de cómics. Fue entonces cuando Esther pasó al limbo de las historietas inacabadas. Como la propia Pura Campos ha contado, “En aquel momento pensé que allí quedaba la historia, para mí Esther terminó en 1988 y fue un golpe muy duro porque en cosa de un mes acababa definitivamente el trabajo y todas las ilusiones e interés que había puesto en el mismo durante casi 20 años”.
Paralelamente a su trabajo con “Esther y su mundo” y a partir del éxito de su principal obra, Purita Campos dio vida gráfica a otras series de cómics: “Gina”, realizada sobre guiones de Frank Elliot, seudónimo de Francisco Ortega, primero publicada en España por Bruguera en la revista del mismo título (1978) y después en Inglaterra y otros países. “Tina” creada en 1975 para la revista holandesa del mismo título con guiones de Andries Brandt, y publicada en España en la revista de historietas Jana (1983) de la editorial Sarpe, --una editorial que había nacido en los años sesenta, cercana al Opus Dei, que desde 1963 publicaba la revista femenina Telva-- y que durante varios años editó Jana, dedicando incluso una colección de álbumes al personaje de Pura Campos. “Dulce Carolina”, una serie de tiras (comics strips) que realizó en 1989 con guiones de Francisco Ortega, en un intento de crear una serie propia con protagonista infantil que pudiera venderse en diferentes países, incluso en prensa diaria, pero que solo se publicó en TBO de Ediciones B. Y aún tuvo tiempo y ganas para realizar varias adaptaciones de obras literarias al cómic, como por ejemplo Heidi, Otra vez Heidi, etc.
Al mismo tiempo y durante más de una veintena de años, Purita Campos dibujó numerosas ilustraciones y realizó muchas cubiertas en color para las revistas de cómics inglesas, para la holandesa Tina, para la alemana Biggi, para los tebeos de Bruguera y más tarde de Ediciones B, también ilustró cuentos infantiles, creó chistes gráficos, dibujó postales y christmas, etc. Y durante treinta años ha continuando dibujando semanalmente para Holanda las páginas de cómic de “Tina”, que solo hace un año y medio ha dejado para poder dedicar todos su tiempo y sus energías a realizar las dos colecciones de Esther, Esther y su Mundo y Las Nuevas Aventuras de Esther, así como los libros y otros productos derivados de las mismas.
El gran momento de Pura y Esther
Y no hay que olvidar que durante toda su carrera y muy especialmente desde que en 1988 dejó de dibujar la serie “Esther y su mundo”, Purita Campos se ha dedicado a pintar. Y no solo eso, también creó, dirigió y animó, en compañía de su marido, una Escuela o Taller de Pintura, que durante años ha tenido numerosos alumnos, que han podido aprender de la capacidad artística que ambos suman. No es casual que en 1988 Purita Campos recordase sus inicios como estudiante de Bellas Artes, en la Llotja y dijese “(...) quisiera poner más fantasía en mi obra [pictórica]. Siempre he practicado el retrato, al que cada vez me tengo que dedicar con más frecuencia a causa de los encargos. Y sucede que el retrato es incompatible con la pintura libre”.
Se puede incluso afirmar que en la actualidad Purita Campos es más pintora que historietista, por más que ello sea inexacto dada su permanente curiosidad y su gran capacidad de trabajo y disciplina que le permiten diversificar su actividad artística, siempre con resultado positivo. Más aún contando con su vuelta triunfal a la realización de historietas desde el año 2005. He aquí el por qué es necesario prestar atención tanto a las obras que Pura Campos ha realizado en el campo del cómic como a su producción pictórica, que se ejemplifica en sus cubiertas en color directo y en sus pinturas de caballete. Solamente la visión amplia y conjunta de los diversos campos a los que Purita Campos abre su actividad pueden darnos una imagen completa y cabal de la importancia de esta artista, más allá de los límites temporales, del género y de la técnica.
Como referencia directa de época, recojo en síntesis las palabras de Armando Matías Guiú, compañero y amigo de Pura Campos en Editorial Bruguera: “... Purita. Purita Campos. O Pura Campos, que los diminutivos pierden validez con el tiempo, aunque para mí siempre será Purita Campos como me acostumbré a llamarla en los primeros años en Bruguera, cuando era una chica tímida que te miraba con sus grandes ojos como si no te entendiera, que sí que te entendía, pero que era su defensa ante el mundo masculino que la rodeaba. Campos dibuja chicas para chicas jóvenes, su personaje es real, es una chica que puedes ver por la calle, que tiene personalidad, una cierta elegancia y unos enormes deseos de vivir. Y sus aventuras quizá sean más reales porque son irreales, ya que el guión lo escribe un hombre que idealiza esa chica que todo hombre suele llevar dentro, pura fantasía, y Purita lo vierte en imágenes y da realidad al personaje” (en Bruguelandia, núm 25. 1983)
Este es el mayor y definitivo triunfo de Purita Campos: haber dado vida y carne a un personaje de papel que ha sido lectura de las niñas de muchos países y culturas diferentes. Haber logrado que Esther fuese real, o lo pareciera, para una generación española que despegaba desde la gris monotonía y el tiempo estancado del franquismo y que en las páginas de “Esther y su mundo” encontró una formulación nueva de su imaginario sentimental y motivaciones para un cambio de mentalidad y vida. Quizá la afirmación pueda parecer excesiva, pero es un hecho la permanencia de Esther a través del tiempo de muchas de las lectoras, y lectores, que hoy incluso han constituido una comunidad en internet como homenaje a Purita Campos y en recuerdo vivo de Esther.
Y ello se confirma en la prolongación de las aventuras de la Esther niña y la Esther adolescente en la nueva colección nacida en colaboración con Ediciones Glénat, Las Nuevas Aventuras de Esther. Este nueva serie, de creación actual, con la que Pura Campos vuelve a dibujar a su personaje veinte años después, nos presenta a una Esther, ya mujer, a la edad de 34 años aproximadamente --a recordar siempre que el tiempo en la historieta y en otros medios y ficciones no corre igual que nuestro tiempo real--, enfermera profesional, casada, divorciada, con una hija, que se llama Patty, y a la que en estas nuevas aventuras acompañan su hermana Carol, Doreen y Rita, y también Juanito, que sigue muy presente en los pensamientos y el sentir de Esther. Los dos primeros libros de historietas de la nueva obra, con el clásico formato del álbum francobelga, son obra del guionista Carlos Portela y de Pura Campos, que en el momento en que escribimos están preparado el tercer libro.
El éxito de la obra de Pura Campos es hoy absoluto. Lo señalan las buenas ventas de la nueva edición en libros de las aventuras de Esther, el creciente número de lectores, el éxito mediático de la autora, su revaloración por parte de muchos teóricos del cómic. ソPero, este éxito se basa en la nostalgia de los lectores y sobre todo de las lectoras que leyeron las historietas de Esther en los tebeos Bruguera?. En gran parte sí. Lo cual no es nada nuevo, ya que lo mismo ocurrió con el tirón que los Marvel Cómics experimentaron en los años 80 con la edición Forum. E igual sucede con las constantes ediciones sucesivas de los grandes clásicos del cómic norteamericano en España. No obstante y pese a ser un valor apreciable, y que sin duda ha contribuido de forma muy importante al primer momento de éxito de la recuperación actual de “Esther y su mundo”, hay mucho más que nostalgia en el constante crecimiento de las tiradas de los libros de Pura Campos, en la demanda por parte de los lectores, en la repercusión en los medios. Hasta el punto de que en estos momentos tanto Esther Lucas como Pura Campos se han convertido en un fenómeno sociológico que merece estudio detallado.
El éxito de Esther, el nuevo éxito de Esther, tiene mucho que ver con la total dedicación que Pura Campos ha puesto en su obra como persona y mujer, como dibujante, como historietista y como artista, durante 50 años. Por ello y más allá de las categorías y valoraciones, que en otro momento y lugar se harán o haremos, quiero ahora felicitar a Pura Campos por sus cincuenta años de trabajo vocacionado en el mundo de la historieta. Una dedicación que siempre es admirable y más aún en esta profesión y en España. Es así que, cuando el extraordinario dibujante Enki Bilal acaba de decir “Siempre se ha asumido que el pasado es lo que sustenta la cultura. Yo entiendo el tiempo en mi trabajo como una ecuación: el resultado de pasado más presente es la posibilidad de futuro. El mañana es la verdadera cuestión de la cultura” (fuente El País, 23.03.2009), hemos de plantearnos la extraordinaria aventura vital y profesional de una autora de cómics que sobre su trabajo pasado, en el que durante veinte años realizó las historietas de la Esther Lucas niña, hoy se dedica a dar nueva vida a una nueva Esther Lucas, viva y en el presente. Solo nos queda esperar para ver la proyección de Pura Campos en el futuro, sabiendo que ahora forma ya parte de la cultura española del siglo XXI.
(Prólogo del Libro Esther y sus mundos..., Catálogo de la Exposición del mismo título realizada en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, 2009. Edición de Glénat España , S.L. Mayo 2009. Texto recuperado con ocasión de haberse concedido a Pura Campos la Medalla al Oro de Bellas Artes en Febrero 2009)